La radiología dental 3d cuenta con tres dimensiones como su propio nombre indica, permitiendo darle profundidad a la radiología, y por tanto mejorando enormemente la realidad de la radiología.
A diferencia de las tradicionales, añade una tercera dimensión a las dimensiones alto y ancho. Esto hace que la perfección en el análisis sea mucho mayor y por tanto la evaluación y el tratamiento serán más idóneos y fiables.
En función del tipo de examen a realizar y su finalidad específica, se recurrirá a campos de visión de diversos tamaños. Con carácter general, y sin ánimo de exhaustividad, podemos señalar los siguientes:
Campo de visión sectorial
Este tamaño es adecuado para estudios endodóncicos y periodontales cuando se emplea alta definición. Si se utiliza una resolución estándar, este campo de visión es óptimo para trabajos de ortodoncia o estudios de implantes individuales.
Campo de visión de una arcada
Esta modalidad permite optimizar la dosis de radiación en todos aquellos supuestos en que solo se necesita visualizar una arcada.
Campo de visión medio
En este caso, se trata de tamaños adecuados para localizar áreas de infección, explorar muelas de juicio o bien para casos de ortodoncia o implantes que precisen este rango de campo de visión (10×10, 8×8, etc.).
Campo de visión grande
Se trata, en este caso, de tamaños que se utilizan para la evaluación de implantes complicados, exploración ATM bilateral, maxilofacial, etc.
En cuanto a los diferentes planos utilizados en este tipo de radiología, podemos diferenciar dos grandes grupos:
- Por una parte, los planos ortogonales, que posibilitan la realización de exploraciones detalladas de todas las cavidades. Aquí debemos distinguir entre tres tipos distintos de plano, en función del eje empleado: plano axial (o transversal), plano coronal (o frontal) y plano sagital (o lateral).
- Por otra parte, los planos coronales curvos y oblicuos permiten una adecuada exploración de las estructuras dentales que difícilmente se adaptan a cortes de tipo ortogonal. En este sentido, los planos oblicuos posibilitan una mejor comprobación de la existencia de patologías o fracturas, al hacerlas visibles en varios planos, al mismo tiempo que permiten crear planos tangenciales a las estructuras que se están explorando.