La impresión 3D en la odontología es más precisa y reduce el tiempo de fabricación. De hecho, se pasa de un trabajo de días a unas pocas horas, permitiendo en algunos casos darle la solución al paciente en una sola consulta.
Pero, ¿cuáles son las estapas a seguir al crear dispositivos dentales impresos en 3D? El primer paso se lleva a cabo en la clínica dental donde, tras realizar un diagnóstico previo por el especialista, se realiza un escaneado intraoral de toda la boca del paciente. De esta manera se obtienen las imágenes digitales que permiten un modelo 3D de la morfología completa. Cabe destacar que, además de los escáneres 3D intraorales, también existen soluciones de laboratorio diseñados para escanear las piezas e impresiones obtenidas de la boca del paciente.
Una vez finalizada la fase de escaneo, el archivo 3D obtenido se envía al laboratorio dental a través de una plataforma web segura. El laboratorio volverá entonces a leer la impresión digital y modelará en su software de diseño (CAD) la morfología de la corona o el implante.
Este proceso de modelado se realizará teniendo en cuenta los límites de la encía, la interferencia con otros dientes digitalizados o incluso la forma de la sonrisa del paciente con un escáner de cara.
Por último, se lleva a cabo la fabricación de las piezas en una impresora 3D, preferiblemente una diseñada para este fin. A diferencia de muchas soluciones de fabricación aditiva estándar, las impresoras 3D dentales ofrecen una calidad de la superficie, precisión y velocidad más altas, requeridas en este campo. Además de tener la capacidad de crear piezas con materiales biocompatibles, también permiten un flujo de trabajo grande y la posibilidad de elaboración trabajos de forma inmediata.
FUENTE: www.3dnatives.com